Uno de los géneros que más está en boga en la industria del gaming es, sin lugar a dudas, el Souls Like. Ya saben, esos juegos que quieren asemejar un juego del tipo Dark Souls, combates lentos y metódicos, alto nivel de riesgo/recompensa y una gran penalización por muerte, ah si, y hogueras, no olvidemos las hogueras.
Pues por si no fuera poco, los chicos de GoldKnights nos han traído un nuevo juego con esta misma temática Souls-like llamado The Last Oricru y si nos han seguido, bien saben cómo un juego indie Souls-like puede acabar… te estoy viendo a ti Dolmen.
La verdad de las cosas es que los juegos de este estilo tienen un problema enorme y es que no es nada fácil conseguir lo que FromSoftware hace. el balanceo de estos títulos es algo increíblemente difícil y muchas veces los juegos se sienten torpes, pesados y poco jugables… afortunadamente The Last Oricru no se siente del todo tan mal… y ojo que dije “no del todo”
Un inicio atrapante
Decir que el inicio de este juego es malo es algo completamente absurdo, en nuestros primeros minutos nos despertamos en una especie de cápsula de criogenización desde la cual vemos que una especie de alienígena mata a otro humano en una cápsula contigua, nuestro jugador entra en desesperación y trata de abrir la cápsula sólo para recibir el mismo destino y luego… un Isekai. La verdad de las cosas es que no es un Isekai, despertamos en una especie de templo alienígena, sin memoria y aprendemos que el cinturón que llevamos puesto nos vuelve inmortales y aquí inicia una trama muy interesante.
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The Last Oricru presenta un sistema de misiones e historia que cambia dependiendo de nuestras acciones, hay unas cuantas facciones en el juego que tienen diferentes puntos de vista y complacer a una no siempre le sienta bien al resto. El mundo se siente misterioso pero bastante reconocible, problemas naturales del ser humano como racismo, traición, elitismo se ven impregnados por todos lados tan solo a unos minutos del inicio del juego, lo que le da un aura bastante madura al título.
Debo agregar que gráficamente el juego se ve bastante bien pero hay algunas animaciones y algunas cosas que desentonan como los brazos del personaje que siempre se ven tensos, como si algo le estorbara en la axila y le impidiera descansarlos contra su cuerpo, pero en general las animaciones y el estilo gráfico se ven bien, hasta cierto punto… hablaremos más de eso más tarde.
Una agridulce historia
Cómo mencioné hace poco. La historia de The Last Oricru es una de misterio, racismo y autodescubrimiento, los temas que permean la trama son muy interesantes y el ritmo en el cual se desarrolla es algo simplemente bueno, no va ni muy lento ni muy rápido. El mundo es creíble y se va abriendo mostrando más y más conforme la historia progresa. Muchos de los juegos que se presentan en esta temática tienen la historia como algo místico y poco estructurado, implícita en el mundo que nos rodea pero, The Last Oricru nos presenta muchas cinemáticas, buena acción y un desarrollo de conflictos bastante interesantes de manera continua y sin rodeos.
Sólo iniciando el juego nos darán información muy importante que responde a varias de nuestras dudas iniciales pero al mismo tiempo crea más preguntas que van resolviéndose conforme jugamos: ¿Quiénes somos? ¿Por qué sólo los humanos pueden revivir? ¿Por qué soñamos con una IA? Todo va a un ritmo buenísimo que nos mantendrá atrapados… exceptuando por una cosa en especial… El tono del guion.
Una cosa es la trama del guion y otra es el tono en el que se nos presenta. El tono define la atmósfera de la historia, la manera en la que se comportan los personajes y la complejidad de la historia y en este juego el tono está completamente perdido. La trama se presenta como algo crudo y serio pero nuestro personaje se la pasa haciendo bromas sin sentido cada vez que abre la boca, si no se está comportando como un niño haciendo berrinches, está comportándose como un payaso y eso genera una disonancia narrativa muy tangible, sin contar que el peor doblaje de voz cae en nuestro protagonista que, aparte de comportarse como un niño en el cuerpo de un adulto nórdico mamadísimo, igual suena como un niño con una voz bastante aguda y rara…
Multijugador
Otro aspecto importante de este juego es su capacidad de multijugador, tanto online como en pantalla dividida, el cual te permite jugar con otra persona la totalidad del título, esta es una característica bastante coqueta y que aporta un poco más de valor al juego pero que se siente algo rara. El segundo jugador no puede hacer prácticamente nada más que ayudar en combate y subir de nivel hasta el mismo nivel del jugador principal, por lo que ambos siempre estarán “capeados” al nivel de la cuenta principal. Otro ligero problema es que el juego es de por si mucho más sencillo que un Souls Like común, aún en su dificultad “Dark” que es como la “desafiante”, por lo que el segundo jugador sólo rompe más las mecánicas de combate.
En conclusión, el multijugador es divertido pero en vez de agregar parece eliminar la dificultad del título y hacerlo trivial.
Lo malo
Tomando en cuenta lo que les he comentado del doblaje de voz y el tono del juego, otro apartado malo es la optimización. En mi PC, una Ryzen 5 5600X, RTX 2060 y 32 GB de RAM, el juego va un poco… raro. No puedo decir que el juego vaya mal, pero las especificaciones de mi computadora superan las recomendadas para el titulo y muchas veces el movimiento de la cámara me causaba mareos cuando todo estaba en ultra. Y todo esto debido a que la cámara se movía acompañada con un pequeño struttering que sólo fue eliminado después de bajar todo a calidad alta y activar Nvidia DLSS.
Conclusión
The Last Oricru es un juego que une lo mejor de un Souls like con la velocidad y la historia bien llevada de un RPG de acción, aún con su notablemente pobre tono narrativo y sus pésimos chistes, es un juego que se logra mantener en pie por su historia y misterio que nos hace querer descubrir más pero que al mismo tiempo se ve atado un poco por sus limitaciones técnicas. Un gameplay sencillo, combates no muy difíciles, un mundo sumamente interesante y chistes malísimos son lo que caracterizan a este juego.