Siberia, dislocante filme dirigido por Abel Ferrara, con guion suyo y de Christ Zois, plantea el viaje al inconsciente de Clint (Willem Dafoe), un Bar Tender en una cabaña cubierta de nieve, que no encuentra la paz y decide emprender en búsqueda de ella, transgrediendo la temporalidad lineal con la construcción estética de una cámara siempre contemplativa y reflexiva.
En la dislocación de la consciencia, se construye el espacio-tiempo a través de un montaje episódico, con una fotografía delirantemente fría y espaciosa, siempre rompiendo la interioridad con tan cautos dolly in. Stefano Falivene convierte la atmósfera en un espacio de lo extraño. La cámara pasa de lo objetivo a subjetivo, permitiendo al espectador la lectura de los elementos, a veces inconexos, dentro del encuadre, abriendo así la posibilidad al espectador de volverse perteneciente al viaje.
Dislocación de la conciencia exhibe los deseos sexuales de Clint, con alucinaciones estrepitosas y algunas escenas de sexo al puro estilo de Lost Highway de David Lynch, aprovechando la cámara con movimientos semi hurgantes. La música en contrapunto armoniza las secuencias.
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