La piratería está justificada

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Hace algunos días, el director de suscripciones de Ubisoft, Philippe Tremblay, anunció una serie de cambios en la plataforma Ubisoft+ que sorprendieron. Por decir lo menos.

De una forma similar a Xbox Game Pass, el Ubisoft+ se divide en dos tipos de suscripción: Ubisoft+ Premium y Ubisoft+ Classic. En el primero, “los usuarios pueden disfrutar de un extenso catálogo de juegos clásicos de Ubisoft, explorar DLC e incluso recibir bonos exclusivos. Todos estos beneficios se ofrecen a través de Xbox y PC, y los interesados sólo necesitan una suscripción para acceder a los juegos en ambas plataformas”. Por otro lado, la suscripción Classic es para los títulos más emblemáticos de Ubisoft, además de añadir el catálogo de Activision-Blizzard, (ya a este punto siento lástima por Blizzard pero ahorita voy a eso).

Como cualquier anuncio de este tipo, las opiniones se dividen, los ánimos se caldean y las opiniones afloran. Que si 18 dólares al mes por versiones ligeramente diferentes del mismo juego de mundo abierto es ridículo (aquí sí no sé si el usuario se refería a Assassins Creed, Farcry o Fallout, podría ser cualquiera); que si es una movida rara considerando que no tiene ni un año que Ubisoft+ llegó a Xbox en México (recordemos que eso se anunció en abril del año pasado), que la suscripción Plus conviene porque es más barata (lo cual, hay que ser justos, es cierto), que esto, que lo otro.

Al final del día eso son opiniones, cada quien tiene las suyas y hasta ahí todo bien. No hizo tanto ruido la noticia porque la gente ya está acostumbrada a las suscripciones (igual, ahorita voy a eso).

Donde la cuestión se puso algo… peliaguda fue cuando Philippe Tremblay, director de suscripciones de Ubisoft (¿En serio existe tal departamento?) hizo una entrevista para GamesIndustry diciendo que los gamers “necesitan sentirse cómodos con no ser dueños de sus juegos”.

Oh boy.

La entrevista

“Una de las cosas que vimos es que los jugadores están acostumbrados, un poco como un DVD, a tener y ser dueños de sus juegos. Ése es el cambio del consumidor que debe ocurrir” dijo Tremblay para el medio.

Añadió que, en general, los consumidores “se sintieron cómodos sin poseer su colección de CD o DVD. Esa es una transformación que ha tardado un poco más en producirse [en los juegos, y ahorita voy a eso no coman ansias].

Incluso defendió esto diciendo que en ese aspecto “Si reanudas el juego en otro momento, tu archivo de progreso seguirá ahí. Eso no ha sido eliminado. No pierdes lo que has construido en el juego ni tu compromiso con el juego. Así que se trata de sentirte cómodo sin ser dueño de tu juego”, como si hubieran descubierto el hilo negro y Steam no hiciese lo mismo desde hace ya varios años.

Ahora sí, vamos una cosa a la vez. Si uno paga para no ser dueño de lo que compras entonces…

La piratería está justificada

Ojo aquí, quiero ser muy claro, ni yo, ni EsDeGamers estamos diciendo que es buena la piratería. Es Tremblay quien lo dice. Y vamos a ser buenos, vamos a decir que no es él. Son las grandes empresas con sus acciones quienes están mandando este mensaje.

Si pagar no es poseer, piratear no es robar.

Usemos de ejemplo Spotify. Tienen un amplio catálogo, sí, pero muchas bandas indies no figuran ahí, ahorita decimos por qué. Para usar Spotify en exteriores, requieres datos, por lo que tienes que pagar por los datos. Accedes a Spotify gratis, pero cada dos o tres canciones te bombardean con comerciales, que si tal podcast, que si lo más picante del “legetón” (a pesar de que puede que no te guste el reggaetón), que si Spotify Premium, que si Spotify Premium para evitar comerciales, que si Spotify Premium porque tu música, que si… entienden el punto. Supongamos que pagas el mentado Spotify Premium, porque eres un buen samaritano y apoyas a tu banda favorita. Pues no.

Según Business Insider, Spotify paga una cantidad de risa a sus artistas alojados, 0.003 y 0.005 dólares por cada stream, siendo necesarias mil reproducciones para conseguir entre 3 y 5 dólares.

Ahora, no es que este dinero va directo al artista y ahí queda, no, no, no. De estos 5 dólares por mil reproducciones, se le paga al propietario de la grabación musical, es decir, las disqueras, quienes lo reparte entre compositores, dependiendo el contrato de cada uno.

Es decir, de una porción de por sí pequeñísima, los artistas solo reciben migajas.

Esto solo es (medianamente) rentable si eres un gran artista, pero si eres un artista autoproducido, muy pequeño, que apenas va empezando, no conviene. Y ni siquiera a los ya establecidos. En algún momento Dani Filth, de la banda de metal británica Cradle of Filth se ha quejado amargamente de Spotify. “Creo que tuvimos 25, 26 millones de reproducciones el año pasado, y creo que personalmente gané alrededor de 20 libras (25.50 dólares o 438 pesos mexicanos al momento de escribir estas líneas), que es menos que la paga por hora (en Reino Unido). 438 pesos mexicanos al año por 25 millones de reproducciones.

El gran ganador aquí es Spotify, por más que salgan a decir es que no pirateen, no sean malitos. Sí, con la piratería estos artistas no ganan nada, pero ya están ganando algo cercano a nada.

¿Solución no pirata? Si pueden, apoyen a los artistas directamente, a través de Bandcamp, por ejemplo. Busquen aquello que les genere a los artistas de la manera más directa posible.

Otro ejemplo, Netflix. Netflix tiene varios planes, pero nos vamos a enfocar en dos: el estándar con anuncios y el Premium.

En el primer caso, con 99 pesos mexicanos al mes, tienes excelente calidad de video en “Full HD (1080p)”. Además, se puede ver la plataforma “con algunas pausas publicitarias en tu teléfono, tablet, computadora o TV” (por “algunas” entendamos que “muchísimas”), y la oportunidad de verlo en dos dispositivos. Cuando antes se podía en más. Es decir, pagas 100 pesos para aún así ver comerciales y estar constreñido a solo dos dispositivos simultáneos.

El otro plan, que es aún más execrable, el Premium, supuestamente ofrece “óptima calidad de video en Ultra HD (4K) y HDR” por 399 pesos mexicanos al mes. No obstante, si intentas utilizar el servicio en navegador, aún si tienes un monitor 4K, lo más que tendrás es una resolución a 720p. Incluso, de acuerdo con algunos usuarios de Reddit, “Técnicamente entregan video “4K”, pero han codificado la transmisión de video usando velocidades de bits que van desde alrededor de 892 kbps a >19,000 kbps”.

Hay varios sitios con tutoriales para arreglar esto, e incluso existen extensiones para navegador que aumentan la calidad del stream. Esta es la clase de molestias que deberías estarte tomando si estás buscando la película o serie pirata, no cuando estás pagando un servicio oficial.

No tendríamos ningún problema en absoluto en seguir pagando suscripciones si ese pago es proporcional a la calidad.

Otro aspecto importante es que, a veces, la piratería funciona mejor para preservar el producto que las propias compañías que lo producen.

Usemos a Disney de ejemplo esta vez. Canción del Sur es una película de 1946 que combina animación con acción real, y que está ambientada en el sur estadounidense del siglo XIX. Y fue bastante… controversial, incluso para la época donde salió, por romantizar las relaciones entre afroamericanos y blancos la Reconstrucción.

Esta película era y es considerada racista, pese a que le dio a James Baskett el primer Óscar que se le haya dado a una persona afroamericana en los premios de la Academia (el propio Baskett recordaba con cierto cariño a esta película). Si alguien que quisiera ver la película para formar su propio criterio y determinar si la película es racista o no, la buscara en Disney+, no la encontraría. Tendría que buscarla pirata, y la encontraría.

Otro ejemplo en el gaming. En el catálogo de GameBoy Advance de la Nintendo eShop de Nintendo Switch, no figura Fire Emblem: The Sacred Stones, un juego de mi infancia (literalmente tuve que pagar los 999 pesos de suscripción anual para asegurarme porque para jugar el emulador de GBA en el Switch requieres PAGAR para checar siquiera el catálogo). Si descargo un emulador de internet, encontraré el ROM del juego y lo podré jugar.

Y gratis.

Nintendo Switch

Por otro lado…

Tristemente, Tremblay tiene razón

Hagamos un poco de historia. Antaño si querías escuchar música, comprabas un disco de vinilo, una tornamesa y reproducías, luego llegó el cassette, luego los CD’s. Para un melómano, el comprar semejantes soportes físicos, además del costo (hoy en día los discos de vinilo son comparativamente caros respecto a los CD’s y son más delicados en su mantenimiento), involucraba sacrificar mucho espacio. Cuando llegaron los MP3s, esto se resolvió un poco. Toda la música que quisieras, siempre y cuando cupiera en tu dispositivo. Ya el espacio no lo medíamos en centímetros cúbicos, sino en Megabytes.

Eventualmente se hizo una monserga tener tantísimos archivos de audio, y requerías de soportes más amplios, que si la tarjeta SD, que si la memoria USB.

Así que llegó el streaming. No tienes que preocuparte ya por almacenar tantísimas cajas de DVD’s, CD’s, videojuegos, etcétera. Como Tremblay dijo “se sintieron cómodos sin poseer su colección de CD o DVD”. Como consumidores, tuvimos comodidad a cambio de rendir el derecho de realmente COMPRAR cosas.

Estamos saturados de suscripciones y pese a que el mismo Tremblay es consciente de esto en la entrevista mencionada, no importa mucho, pues “a pesar de esto, vemos que en términos de comportamiento del consumidor hay mucho crecimiento para nosotros. Pero también… el negocio de suscripción es un negocio mensual para nosotros. Estamos pidiendo un compromiso bajo por parte de los jugadores”. Básicamente ordeñar más a la vaca hasta que quede seca.

Esto nos lleva a que…

Las empresas grandes perdieron el piso

No solo es Ubisoft tomando estas decisiones desde hace un año. Es también Blizzard destruyendo (más) Overwatch 2 con cada actualización como darle curación pasiva a todos los personajes. Es también Naughty Dog acusando a Palworld de “hacer trampa, pero no estoy seguro cómo ahora mismo” y borrando el tuit solo por el éxito del juego.

La avaricia y malas prácticas de los grandes estudios están estirando una liga particularmente corta en los gamers. Un usuario de X comentó a Ubisoft que no hagan del baño donde comen, y es el comentario más atinado que puedo sacar a colación.

La piratería no debería ser opción, pero creo que ese dinero que se destinan a tantas suscripciones leoninas bien podría ir a títulos indies. Hace algunos meses hice la reseña de Pine Creek, un juego de un estudio mexicano que comenzó pequeño publicando sus trabajos en itch.io. Este es el sector que deberíamos estar apoyando, porque lo AAA cada vez está, precisamente, haciendo del baño donde comen.

Como siempre, los animamos a dejar sus comentarios, y recuerden que ser cool #EsDeGamers.

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